Vemos con optimismo, cómo de un tiempo acá varias comunidades están promoviendo en el ahorro de forma organizada en las infancias. Podemos mencionar los casos de Yaxunah, Kankabdzonot, Tiholop, Uayma, Chikindzonot y Yaxcabá.
Las ahorradoras de diferentes grupos nos han platicado que a partir de un diálogo en el interior de los hogares sus hijas e hijos les preguntaban acerca de las reuniones a las que salen con regularidad, y en particular sobre ahorro “¿por qué ahorran, cómo se hace?”. Las inquietudes fueron cada vez mayores, dando paso a la propuesta de integrar a las infancias y juventudes en los ahorros.
En la actualidad hay ocho grupos de niños, niñas y jovencitas
ahorrando, quienes cuentan con la ayuda de las mamás para el registro y conteo
del ahorro; cada agrupación tiene su propio comité y su propia caja para
resguardar el dinero.
Algunos puntos del reglamento en estos grupos infantiles son: evitar correr durante el ahorro, tolerancia, prestar atención, se ponen monto de valor de acción en congruencia con su edad, entre otros. Como parte del reglamento se tienen establecidos días y horario para las reuniones, esto implica disciplina y responsabilidad; al aprender a guardar parte de su dinero en lugar de gastarlo todo de inmediato, los niños desarrollan habilidades de autocontrol y paciencia, que son útiles en muchos aspectos de la vida. Se promueve que se comprenda que el dinero no es infinito y que se deben de tomar conciencia de la manera óptima para gastarlo y ahorrarlo. Todo esto conlleva el fortalecimiento de valores y tienen desde temprana edad una experiencia de trabajo en equipo invaluable.
Enseñar a las y los niños a ahorrar les ayuda a comprender conceptos básicos de finanzas, como la administración del dinero, la importancia de establecer metas y la planificación para el futuro. Motivar el ahorro entre infancias representa también inculcar tanto valores como la responsabilidad, puntualidad, compromiso, como habilidades financieras y el esfuerzo por evitar gastos innecesarios, fundamentales para la vida de grandes, lo cual tiene múltiples beneficios a corto y largo plazo para sus familias y sus comunidades. Esta labor favorece que las infancias se preparen para el futuro al inculcar el hábito de ahorrar ante los desafíos financieros que puedan encontrarse, como costear gastos de la educación o contar con una casa, por ejemplo.
Parte fundamental de ahorro es establecer metas personales y
objetivos, en el caso de las infancias esto singular, ya que tienen la ilusión
y expectativa de contar con un dinero para diciembre y poderse comprar sus propias
cosas, como lo hacen sus madres. Es decir, ven y se contagian de las alegrías y
frutos que da el esfuerzo del ahorro, que comparten entre la familia.
