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Familias con personas con discapacidad saliendo adelante

A continuación compartimos algunos testimonios y Estudio de casos de familias participantes con alguna Persona con discapacidad en el hogar.


Leticia Collí Cocom

De Chicán, Tixméhuac. Su marido los abandonó cuando sus hijos eran pequeños, tiene un niño con discapacidad, se vio en la necesidad de empeñar lo que tenía para alimentar a su familia, pasaron serias dificultades, cuando no pudo más encontró apoyo en sus padres. Se dedicaba a urdir hamacas y a hacer arreglos de ropa con una máquina de costura que recibió en un programa de gobierno, su ingreso no era suficiente para cubrir las necesidades del hogar. Invirtió su capital semilla y parte de sus ahorros en telas y otros materiales para costurar y vender blusas, ya se le ve con mayor ánimo, alegría y tranquilidad, dice que en casa comen mejor que antes y que sueña con ver a su hijo pequeño terminar la escuela.

 

Alicia María Colli Colli

Es de Chicán. Tiene tres hijos, una niña con discapacidad. Se dedicaba a costurar y urdir de hamacas y aunque el esposo trabaja la milpa sólo comían sopa o frijoles y rara vez un poco de carne, tampoco les alcanzaba para comprar útiles o uniformes para sus hijos. Desde que está en el grupo siente que tiene más oportunidades para salir adelante, con su capital semilla puso un negocio de venta de cenas los fines de semana, les ha ido muy bien. Con sus ganancias está creciendo su capital de trabajo y ahorra una parte para volver a construir su casa, pues un rayo la destruyó hace varios años. Es constante en el ahorro. En casa ya se alimentan mejor, comen carne más veces a la semana y verduras a diario.


Angela Canul Tziu

Tiene 30 años y es de Kimbilá;  mujer valiente , ella se ha hecho cargo de su familia desde que su esposo sufrió un accidente que lo dejó con una discapacidad mental y le impidió seguir migrando a trabajar. Es la portadora de caja de su grupo de ahorro, tiene el respeto y confianza de sus compañeras. Invirtió su capital semilla en un negocio de venta de antojitos, con ayuda de su familia va saliendo adelante. Doña Ángela  nos platica orgullosa que cuando fueron a comprar les habían cobrado de más, pero su hija mayor se dio cuenta y lograron resolverlo. Con sus ganancias sus hijas han continuado la escuela. Están felices pues con ayuda de los vecinos tienen buena venta y ya ofrecen más productos.