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Escuelas de campo: estrategia para fortalecer la seguridad alimentaria

En Fundación Ko’ox Táani nos enfocamos en cuatro ejes como parte del enfoque de graduación. Uno de ellos es el de seguridad alimentaria, la estrategia que se desarrolla en este eje es el de las Escuelas de Campo (ECA) a través de la metodología de la educación popular, partiendo del principio de que todos tenemos algo que enseñar y que siempre podemos aprender entre iguales.Tanto participantes como técnicos comparten sus experiencias y conocimientos en el área, el técnico desde el conocimiento teórico y las participantes desde el conocimiento tradicional, así todas y todos aprenden en cada espacio de capacitación.

A través de procesos participativos se busca incentivar a las participantes a producir alimentos en sus solares y otros espacios productivos para autoconsumo y con esto disminuir su gasto en alimentación y apoyarse para poder seguir ahorrando. A través de diagnósticos participativos de vocaciones productivas se dialoga para conocer qué saberes previos tienen sobre producción de alimentos, qué se produce en sus regiones, qué les gustaría producir y cómo les gustaría que sus espacios productivos se encuentren en el futuro inmediato. Posteriormente se les dan diversos activos para producir como lo son semillas de milpa o de hortalizas, árboles frutales o gallinas de doble propósito, buscando también aportar una alimentación familiar sana y variada. A la par se trabaja con ellas en las escuelas de campo agroecológicas en las que se sesiona periódicamente a lo largo de un ciclo productivo con acompañamiento de técnicos de campo capacitados.

En estos espacios formativos se dialoga y practica sobre diversos temas relacionados con lo que ellas vayan a producir con la finalidad de fortalecer sus capacidades productivas y generar procesos productivos sustentables mediante una metodología participativa y respetuosa del medio ambiente en la que sus saberes son compartidos y respetados y son la base para construir el conocimiento además de incentivar procesos solidarios de intercambio de plantas y semillas.

En todas las comunidades de incidencia, las participantes han establecido un espacio de aprendizaje en el que se llevan a cabo los intercambios y las prácticas, cada una de las reuniones resulta en una retroalimentación constante y en las escuelas de campo pueden experimentar y observar los resultados de los conocimientos que ponen en práctica. En estos espacios también se incentiva la experimentación para la producción apoyada en ecotecnologías, de igual forma se pretende aprovechar la temporada de lluvia para experimentar técnicas de producción en traspatio en esa época que se dificulta tener cultivos en el hogar. Estos espacios también han servido para fortalecer el tejido social, pues a través de estos se han llevado a cabo intercambios de plantas en los que las participantes externas sus necesidades o gustos y se van conociendo mejor y apoyándose entre ellas, cada una compartiendo lo que tiene con el resto de sus compañeras.